QUIERO SER RESPONSABLE, PERO GENTE COMO USTEDES ME LO IMPIDE


Cuando llego a mi casa después de una larga jornada laboral, sueño a menudo con vivir alejado de la civilización, en alguna cabaña perdida en los alpes suizos, con un rebaño pequeño de cabras y comiendo queso fundido todos los días; recibiría a mi nieta de vez en cuando y la sentaría en mis rodillas mientras comemos queso fundido y claro, no me preocuparía para nada, porque el colesterol no existe en los alpes suizos.

Sin embargo, no tardaría en aburrirme de la pequeña mequetrefe y para poner algo de acción en mi vida, me dedicaría en mis ratos libres a resolver misterios en los pueblos aledaños, acompañado siempre de mi fiel gran danés y un grupo de imbéciles a los cuales no recordaría ni sus nombres porque siempre andaría drogado y con un apetito descomunal. Iríamos de granja en granja y atraparíamos fantasmas, que no serían más que parroquianos resentidos que para salir del tedio, suelen disfrazarse de monstruos. ¿Cuántas aventuras podríamos tener? Miles la verdad, al menos hasta que se nos una el insoportable sobrino de mi perro y termine por aburrirme del grupo de pelmazos.

Después, me retiraría y haciendo uso de mi natural encanto, seduciría a niñas huérfanas del “Hogar de Pony”, me cambiaría el nombre y me pondría Anthony y saldría con alguna chica llamada Candy y seríamos felices…al menos hasta que ella empiece a perder la cordura e insista en que debo dejar la equitación.

Decepcionado del amor, me refugiaría en el Instituto de Investigación de Energía Fotónica en donde manejaría todos los días un robot gigante, salvando a la ciudad de terribles robots hasta que quede totalmente destruida debido a nuestras emocionantes y constantes batallas.

Probablemente se estén preguntando: “Ese fascinante ritmo de vida requiere de capital ¿Cómo conseguirías dinero?” –Muy fácil; el secreto es ir de vez en cuando al bosque, en dónde se pueden atrapar unos cuantos duendecillos con cianosis, y convertirlos en oro, o bien, comérselos. La verdad nunca he estado muy seguro para lo que sirven…

Aún así, el dinero no lo es todo y bien podría juntar a varios perros, un chango y algún niño pobre para explotarlos obligándolos a cantar y bailar en la calle. O podría también utilizar mi espada del poder para vivir gratuitamente en el Castillo GraySkull en donde solo 3 compartirían mi secreto…el secreto de que soy pobre y no tengo a dónde ir.

Para escapar de la miseria y aplacar el hambre, podría vivir en el bosque y asaltar a los vacacionistas robando sus cestas de picnic. Por supuesto que sería temporal.

En este punto, es cuando me daría cuenta de lo mucho que extraño los alpes y regresaría a mi pequeña cabaña, en donde me recibirían mi nieta, su nueva amiguita en silla de ruedas y mi amado queso fundido de cabra…

Claro, al siguiente día me olvido de todo, porque estos son sueños que no corresponden a un adulto plenamente pleno como yo.

2 comments:

Anonymous said...

Ps q creias tu, si la memoria aún no me falla. Y cuando dije q ya lo había leido, estaba en lo correcto.
Acaso te suena??
Seguimos escribiendo x dinero.

Anonymous said...

ADULTO??TU??