CUANDO LA MUSICA LE CANTA A DIOS

Las raíces cristianas constituyen uno de los mas significativos y sólidos fundamentos de Occidente. Por ello, el arte derivado del cristianismo forma parte del acervo cultural e identidad de muchos de estos pueblos. A lo largo de los siglos, la vida y la fe de los creyentes en Jesucristo se ha expresado a través de ricos cultos y liturgias; magníficas basílicas, templos y catedrales; extraordinarias pinturas, retablos y esculturas; profundas oraciones, poemas y, por supuesto, inspiradas obras musicales.

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La alabanza es la dimensión de mayor gratitud. Le cantamos a Dios por Dios mismo, porque él existe, no porque lo hayamos descubierto como una doctrina enseñada por alguien, sino como una experiencia de la que están llenos los salmos. Ese encuentro nos hace cantar.

15 obras maestras de la música sacra y religiosa de occidente:

1. Requiem, de W. A. Mozart
2. Missa solemnis, de Ludwing Van Beethoven
3. Oratorio Elias, de Félix Mendelssohn
4. Messa da Requiem, de Guiseppe Verdi
5. Segunda Sinfonía Resurección, de Gustav Mahler
6. Pasión según San Mateo, de Johann Sebastian Bach
7. Gloria, de Antonio Vivaldi
8. Stabat Mater, de Giovanni Battista Pergolesi
9. El Mesias, de Georg Friedrich Handel
10. La Creación, de Franz Joseph Haydn
11. Visperoas de la Virgen María, de Claudio Monteverdi
12. Misa no 2 en mi menor, de Anton Bruckner
13. Requiem aleman, de Johannes Brahms
14. Motete Ave Verum, de W. A. Mozart
15. Ciclo de cantatas sacras, de Johann Sebastian Bach